Una de las actividades económicas
más satanizadas, sobre todo en países en desarrollo suelen ser las inversiones
extranjeras, las cuales son vistas de manera negativa. Se asocia a la inversión extranjera
a una especie de neo colonialismo económico, se le ve como si fueran sanguijuelas
que van chupar la sangre del país, trayendo la ruina a los ciudadanos, se ven
como una forma de esclavizar a la población y poner a los gobiernos al servicio
de las multinacionales en detrimento de los derechos de los ciudadanos.
Por desgracia obvian los efectos positivos de la inversión extranjera y los dos
tipos en los que la podemos clasificar.
En primer lugar voy a hablar de
la que podemos considerar inversión extranjera buena o positiva, la cual es donde el capital
invertido se usa para invertir en la economía haciéndola crecer sin buscar ser
favorecidos por el gobierno. Está clase de inversión extranjera se da cuando el
país receptor da unas condiciones favorables para ella, las cuales son
estabilidad política y económica, calidad institucional, bajos impuestos y
pocas regulaciones. Esas condiciones permiten que los inversores se animen a
arriesgar su dinero en esos países, nadie es tan tonto para querer perder
dinero.
La calidad institucional no se
debe confundir con tener un estado grande, por el contrario entre más grande
sea un estado más burocratizado será y más incentivos hacia la corrupción estarán presentes.
Burocracia y corrupción van de la mano sobre todo en Latinoamérica. Para que
haya calidad institucional se necesita que el gobierno por el contrario se
encargue de pocas cosas pero de las que se encargue lo haga con eficiencia, la institución
que más importancia se necesita para poder tener un buen progreso económico es
la justicia, para que se encargue de proteger la vida, la libertad, los contratos
y la propiedad privada. ¿Quién va a invertir en un país donde se irrespete la
propiedad privada, la vida, la libertad o los contratos? Quien va a invertir en
países como Camerún donde una denuncia por un incumplimiento de un contrato o
un impago puede tardar dos años, para cuando el juicio salga favorable a favor del perjudicado, ya estará posiblemente en la quiebra. Sin garantías jurídicas, que sean
eficientes y rápidas pocos se atreverán invertir, así sean muy altas las
perspectivas de ganancias. Por ejemplo alguien preferiría invertir en Dinamarca
donde solo obtenga un modesto 3% de ganancias que en un país sub desarrollado
donde puede ganar el 30% pero que corre el peligro de ser estafado, o que si no le
pagan o le incumplen los contratos tendrá que pasar por un largo y costoso pleito
legal, que le pueda costar la perdida completa de su inversión.
El otro ingrediente necesario
para una inversión extranjera positiva, es que haya pocas regulaciones, lo cual
mucha gente interpreta como dejar que las multinacionales vayan a los países a esclavizar
a sus ciudadanos, contaminar el medio ambiente y cometer todo tipo de tropelías.
A lo que se hace referencia con pocas regulaciones es que no haya una asfixiante
tramitomania para poder emprender y mantener cualquier actividad económica, también
se refiere a evitar regulaciones inútiles o en su caso perjudiciales que afectan
tanto a los emprendedores locales como extranjeros. Contrario a lo que se cree
popularmente un sistema poco regulado a quienes beneficia es al pequeño y
mediano empresario que podrán más fácilmente cumplirlas, por el contrario la
hiper regulación beneficia a los que tienen más capital, ya que pueden darse el lujo de gastar más
dinero en cumplirlas, pero sabrá que sus rivales más pequeños no podrán cumplirlas,
por lo que se quedaran con su cuota de mercado a cambio.
El otro factor importante son los
impuestos para atraer inversión extranjera, si son demasiado elevados y/o se
obligan a pagar antes de que hayan ganancias, se desincentiva la inversión ya
sea extranjera o local, para que voy a invertir y arriesgar mi dinero si el
gobierno se lo va a llevar casi todo en impuestos o inclusive todo si no
obtengo beneficios. Los bajos impuestos permiten que los bienes y productos sean
más baratos haciéndoles ganar competitividad. Además los bajos impuestos
garantizan que no haya un estado grande e hipertrofiado que se dedique a buscar
financiación desangrando las actividades comerciales, perjudicando a la economía
en su conjunto donde los inversores extranjeros también se verán afectados. Por
ejemplo la comunidad de Madrid en España ha logrado captar una buena inversión extranjera gracias a que ha disminuido regulaciones e impuestos, aunque ahora
con la nueva administración, lo está cambiando por desgracia.
Ahora es el turno de hablar de la
inversión extranjera negativa, la cual es por la que los opositores a ella,
metan en el mismo saco a los dos tipos de inversión. Cuando un país no cumple
ninguno de los requisitos anteriormente expuestos, es incapaz de generar
confianza inversionista, nadie está tan loco de invertir su dinero en un país con
inestabilidades económicas y políticas, que generen cambios bruscos en el país a
corto plazo, afectando inversiones a largo plazo, nadie va a invertir en el
sector energético, el cual requiere de grandes
capitales y considerables tiempos de amortización, sí a cada momento van a
cambiar las reglas, cuando el proyecto se hace previendo unas reglas determinadas.
Como dije antes nadie va a invertir dinero en un lugar donde no haya respeto a
las leyes, donde sea costoso y largo entablar una demanda por impagos o incumplimientos
de contratos. Tampoco será atractivo a la inversión un país con infinidad de
regulaciones y altos impuestos que generen sobrecostos en la inversión.
¿Entonces qué clase de inversión extranjera
puede llegar a un país que no cumple ninguno de eso requisitos? La respuesta es
la inversión extranjera corporativista, la que para garantizar que obtendrá dividendos
en ese ambiente hostil, primero pactara con el gobierno sea en forma legal o
ilegal, dependiendo de las leyes del país. En este escenario de un país sin las
condiciones necesarias para un buen aprovechamiento de la inversión extranjera,
solo llegaran los grandes inversores con el suficiente poder para comprar los
favores de los políticos, los cuales a cambio de que el inversor invierta su
dinero en el país, ellos les darán privilegios, sea con subsidios o con
regulaciones que los protejan de sus competidores, a cambio estos inversores darán
a los políticos dinero a sus campañas y partidos políticos, les prometerán puestos de trabajo bien remunerados
en su empresa cuando terminen su carrera política, lo que el partido político Podemos
ha llamado acertadamente : “ las puertas giratorias “ y que los liberales condenamos
enormemente, el enchufismo. Todo lo anterior sin tener en cuenta dinero ilegal
que puedan recibir los políticos por parte de estos inversores.
El crony capitalism que tanto he denunciado en
el blog, es quien aparece cuando no hay como garantizar que la inversión extranjera
sea lo menos insegura posible. En este contexto de nuevo, el sector privado y
estado se benefician mutuamente perjudicando al conjunto de los ciudadanos,
ellos se enriquecen y se pagan favores mutuamente, manteniendo la economía cautiva
del país. Esto por lo general genera lo que tanto indigna a la izquierda y que
termina relacionándolo con el capitalismo, que es “socialización de las
perdidas y privatización de las ganancias”, estas prácticas también son
condenadas por los liberales, nunca defenderemos la socialización de pérdidas o
de ganancias, en el capitalismo las ganancias y pérdidas deben ser asumidas por
los accionistas no por el contribuyente.
Por eso muchos en Latinoamérica
se quejan de que la inversión extranjera no se ha traducido en un aumento asombroso
de la economía de la región, pero la razón es que Latinoamérica con su poca
libertad económica, poca facilidad para hacer negocios, pésima calidad
institucional e inestabilidades políticas y económicas no atraen a inversores que busquen obtener
beneficios sin recurrir a los favores de los gobernantes. Por eso yo personalmente tengo miedo cuando
escucho a algún presidente decir que va a atraer inversión extranjera, porque
ya sé que no va a mejorar la calidad de las instituciones, ni va a reducir
regulaciones e impuestos. Lo que va a hacer realmente es garantizar ganancias a los inversores a toda costa, así
sea protegiéndolos de las pérdidas económicas socializando sus pérdidas.
Las condiciones que fueron
enumeradas como necesarias para atraer inversión extranjera positiva, no solo
beneficia a quienes estén fuera del país y quieran buscar rentabilidad a su
dinero, también beneficia a los inversores nacionales, quienes tendrán incentivos
para emprender en el país generando riqueza a la economía nacional, y puedan
competir en igualdad de condiciones con los extranjeros. Aunque la inversión extranjera sigue siendo
vista con miedo por la izquierda y hasta la derecha, aunque los dos por razones
distintas, los primeros porque suelen estar en contra de la economía de mercado
y los segundos por nacionalismos proteccionistas. Lo cierto es que la inversión
extranjera tiene varios beneficios sobre los países, sobre todo en los más
pobres, de eso hablare en un próximo post para evitar hacer esté muy largo y
tedioso, además que lo quiero abordar con mayor detalle.
gracias por tu aporte
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